Pueden forzarte a decir cualquier cosa, pero no hay manera de que te lo hagan creer. Dentro de ti no pueden entrar nunca.

George Orwell






jueves, 23 de enero de 2014

SECESSIO PLEBIS; LA REBELIÓN ES UN DERECHO


Sí, admito que soy quejica por naturaleza.  A veces me lleva a absurdos comportamientos maniáticos, otras veces las protestas tienen más fundamentos. Pero lo que no soporto es que me prohíban ser como soy y menos cuando se cometen injusticias, entonces sólo me queda como único recurso el pataleo. Es una cosa que necesito y no puedo remediarlo, según andan los tiempos es la única manera de no hundirme en el fango desesperado por la cantidad de injusticias que nos asolan. Pero parece que esa casta de políticos de la derecha, esos que consiguen sus mayorías a base de mentiras y el apoyo de cantidades industriales de estúpidos, no piensan que la protesta sea un derecho,  se empeñan continuamente en destruir cualquier oposición al verdadero poder que ellos representan, los ricos y poderosos.

La ley mordaza y la criminalización de las protestas sociales son sus más conocidas fechorías, en Cataluña los culpables son los nacionalistas que adoctrinan a la población, en Euskal Herria todos son ETA, el 15 M eran hippies y perro flautas que tapaban con sus pancartas los escaparates de las grandes marcas y en las últimas protestas de Gamonal eran los comandos itinerantes de la izquierda radical, vándalos que venían a destruir a pedradas el mobiliario urbano, en la neolengua gubernamental "terroristas". Estas tonterías no se las creen ni ellos, porque serán fachas pero de gilipollas se ve que no tienen ni un pelo, aunque a veces esto se ponga en duda con las frases antológicas de los representantes del "desgobierno".

Aunque estoy un poco mosqueado, malhumorado, cabreado, hasta los…, no quiero trasmitiros esta sensación, es el mensaje que me dicta el demonio que está a mi izquierda, ¿o esta en la derecha?. Bueno da igual, el lado bueno me dice que la lucha contra las injusticias, aunque nos parezca muchas veces insuficiente  merece la pena porque a la larga se consiguen avances. A lo largo de la historia hay muchos ejemplos de la lucha de hombres y mujeres que consiguieron mejorar la situación de las clases menos favorecidas, se quiera o no los ricos no han existido por la gracia de Dios, sino por la explotación que han ejercido contra los pobres a lo largo de los tiempos. Pero el caso que os traigo me ha llamado poderosamente la atención, una protesta no violenta del pueblo en la Roma de hace unos 2500 años, una huelga general en toda regla con acampada y todo, lo que los romanos llamaron Secessio Plebis (secesión del pueblo).

En el siglo VI a. C. (509 a. C.) terminaba el periodo romano de las monarquías, durante 250 años muchos reyes habían gobernado la creciente ciudad que se convertiría en uno de los más grandes imperios de todos los tiempos, pero entonces era una pequeña y próspera ciudad de la península itálica. No obstante el carácter tiránico de su último rey, que acabo su mandato por la fechoría de uno de sus hijos (esto de los infantes me suena), decidió ejercer su poder de forma absoluta, que no era tradición en la Roma de aquellos tiempos que mantenía un equilibrio entre el monarca, el Senado y la Asamblea de los patricios (aristócratas).

Nacía la República de Roma, pero en estos primeros tiempos iba a tener múltiples problemas entre sus habitantes, el poder había quedado solamente en manos Patricias, estos eran la aristocracia romana que ostentaban el poder político, legislativo y económico de la ciudad. Los únicos  que pertenecían a la Asamblea (consejo de la aristocracia), al Senado ( consejo de sabios) y los únicos que tenían derecho a voto y utilizar las leyes que sólo ellos conocían. Pero la balanza de la sociedad romana era completamente injusta, la clase de ciudadanos libres también la conformaban la plebe (Plebeyos), no tenía ningún tipo de poder con participación social, tenían una serie de obligaciones y deberes respecto a Roma que debían cumplir, por ejemplo acudir a la milicia cuando se recurría a ellos en época de conflicto bélico. Eran los mismos que trabajaban las tierras de los terratenientes patricios (por lo que alimentaban a Roma), toda una serie de artesanos como zapateros, panaderos, carniceros…

En estas circunstancias llegó un momento en que los Plebeyos no aguantaron más las ofensas de sus gobernantes, se cansaron del poder absoluto de la aristocracia y de los abusos contra ellos. Se creó un sentimiento de clase, una masa social que solicitaba su lugar en la sociedad. La gota que colmó el vaso fue en el 494 a. C., cuando la tribu de los volscos amenazaron con atacar Roma. Los gobernantes llamaron a los hombres a que acudieran a la llamada de la milicia, pero eso suponía no poder recoger las cosechas con las que pagarían los tributos a los terratenientes, si  contraían deudas con estos últimos, por derecho podían convertir al deudor en esclavo. Los plebeyos amenazaron con no cumplir la orden si no se rebajaban los castigos por la deuda, los Patricios temerosos del ataque enemigo aceptaron revisar la ley. Las milicias romanas lograron la victoria en el campo de batalla.

Pero "donde dije digo, digo  Diego", igualito que los chicos de Mariano, se les olvidó las promesas que habían hecho, se creían que los tontos de los plebeyos aceptarían como siempre de rodillas las decisiones de los magistrados. Pero el pueblo reaccionó de una forma inverosímil, recogieron todos los trastos y vaciaron la ciudad, se dirigieron a lo alto de una colina implantando allí su campamento, amenazando con crear una ciudad independiente de Roma. La ciudad quedó desolada y los Patricios se dieron cuenta que sin trabajadores y artesanos era imposible sobrevivir, más cuando jamás habían tenido que trabajar y los esclavos con los que contaban todavía no eran suficientes para mantener los servicios de la ciudad del Lazio. Tuvieron que ceder y escuchar las nuevas peticiones de los plebeyos.

Les tuvieron que permitir crear su propia Asamblea, de la que todos los plebeyos serían miembros independientemente de su poder económico, tendrían derecho a voto y a legislar sus propias leyes, siempre con el visto bueno del Senado. También tendrían dos representantes en los órganos de representación, donde tenían derecho de veto sobre las leyes que afectaban al pueblo.

Aquello era importante, pero no era suficiente, las leyes todavía las creaban y las aplicaban los magistrados, jueces y abogados patricios, por lo que en litigios entre las dos clases siempre ganaban los poderosos, además las leyes no estaban escritas en ningún sitio y el personal judicial los podía interpretar a su antojo. Por medio de otra serie de protestas durante el mismo siglo se consiguió que las leyes fueran recogidas por escrito y los Tribunos de la plebe (los representantes del pueblo) podían defender a los de su clase en los juicios.

Pero el último paso que quedaba era el más importante, que las decisiones de la Asamblea de la plebe tuvieran carácter legal y fueran aceptadas y respetadas por todos los ciudadanos romanos, independientemente de si eran patricios o plebeyos. Esto lo consiguieron en el 287 a. C., los ánimos andaban de nuevo caldeados y el pueblo volvió a realizar una acción similar a la de siglos atrás, recogieron todos los bártulos y se dirigieron a lo alto del monte Aventino, realizando una sentada en torno al templo de Ceres (diosa de la agricultura) considerada la diosa principal de la clase plebeya. Otra vez los poderosos tuvieron que ceder, en la ciudad no quedaban ni los "antidisturbios", se paralizaba toda la ciudad quedando sin defensa ante cualquier ataque enemigo inesperado.

Al final lo que yo he querido aprender de esto es lo que todos sabemos, cuando seamos capaces de aglutinar una masa social decidida a cambiar las cosas, los poderosos no tendrá más remedio que ceder, que conceder los derechos que vayamos pidiendo. Mientras tanto sólo nos queda el derecho "al pataleo", si me llaman terrorista y antisistema por revelarme ante las injusticias acometidas por una pandilla de gamberros y piratas sociales, políticos o especuladores. PREFIERO SER QUEJICA QUE IDIOTA.

¡¡¡SECESSIO PLEBIS!!!

Héctor Prieto                                                                  

 

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