Estamos en
el final de la primavera en la provincia italiana de Bolonia, en el norte de
Italia, una tierra a los pies de los Apeninos septentrionales. Las tierras de
los arrozales están inundadas, por lo que es el momento de retirar las malas
hierbas para qué el arroz crezca fuerte. Las mujeres son las que se encargan de
este trabajo mísero y duro, un terreno tremendamente hostil en la que pasan
largas jornadas de trabajo bajo el sol y el agua hasta las rodillas, agachadas
bajo la atenta mirada del capataz.
Esta era la
situación a finales del siglo XIX en los arrozales de la provincia boloñesa,
los propietarios de estas tierras empleaban a mujeres cuya mano de obra era
mucho más barata que la del hombre y eran explotadas en un trabajo realmente
duro, en ocasiones inhumano. Hasta que apareció la figura de un hombre,
Giuseppe Massarenti, que en 1892 creo un sindicato agrario llamado Liga de
Resistencia bajo bases socialistas. Se enfrentó a los grandes propietarios de
las tierras donde se cultivaba arroz, trigo y cañamo, proponiendo como
alternativa la organización de cooperativas de trabajadores consiguiendo gran
éxito entre los campesinos, especialmente entre las mujeres que trabajaban en
los arrozales (el italiano, "mandolina"). Fue acusado de indicar una
revuelta en su localidad natal, Moline, donde fue elegido alcalde en 1906.
Siguió trabajando duramente a través del Partido Socialista hasta que el
dictadura de Mussolini fue encarcelado hasta el final de la guerra.

En este
contexto nació la canción popular italiana BELLA CIAO, con una letra triste que
describe la horrorosa situación de estas trabajadoras, que esperan con
esperanza la apelada libertad. Echándole un poco de marginación nos imaginamos
a las humildes trabajadoras de los arrozales entonando los acordes de esta
canción del entorno rural. Así quedó sellada en la memoria de los italianos de
esta zona norte de los montes Apeninos.
Llegamos al
año 1923, el movimiento fascista fundado por Benito Mussolini utilizando la
violencia de sus grupos de Camisas Negras, ocupó el poder del Reino de Italia,
aceptando el cargo de dictador de manos del rey Víctor Manuel III, que no tuvo
otro remedio que aceptar la superioridad fascista. Su poder se basaba en la
persecución sistemática de la izquierda, socialistas, comunistas y anarquistas,
acusándoles de las malas condiciones en las que se encontraba el país tras la
Primera Guerra Mundial. El poder absoluto de Mussolini se mantendría hasta
1943, los aliados consiguen asediar Italia, la rendición del reino y que el
Duce fuera encarcelado durante un tiempo. No obstante los alemanes decidieron
tomar partido, en ayuda de su aliado enviaron tropas a la república italiana y
liberaron a Mussolini en una secreta y rápida acción de los comandos alemanes.
Con la ayuda de la Alemania nazi reconquistaron el norte de Italia y
establecieron un régimen bajo el mando de Mussolini pero con presencia del
ejército germano.
Pero en este
entorno de invasión, la izquierda comenzó a reorganizarse clandestinamente,
socialistas, comunistas y otros grupos contrarios a la invasión alemana,
monárquicos incluso liberales. Mientras que el régimen fascista contaba con el
apoyo de los grandes terratenientes e industriales. Así apareció la figura de
los guerrilleros, los PARTISANOS, había que recuperar el territorio como fuera,
defender sus territorios próximos que conocían como la palma de su mano. El
foco principal de esta actividad se produjo en la provincia de Bolonia,
justamente donde se había producido antiguamente las revueltas dirigidas por
Massarenti.
Pero toda
resistencia crea al mismo tiempo una cultura y una simbología propias de la
situación, en este caso aparece una canción, basándose en la BELLA CIAO que
cantara la mandolina de principios del siglo XX. Cambiar la letra que en esta
ocasión contaba la historia del joven campesino que se convertía en partisano y
se despedía de su amada para siempre, todo por la libertad, la vida y el amor
por la muerte y la resistencia. Una canción que se convertiría en uno de los
mitos del movimiento obrero después de la Segunda Guerra Mundial y también
durante las protestas estudiantiles del 68 en diferentes lugares europeos.
Los
partisanos italianos se convirtieron para siempre en un mito, en una historia
de lucha y Victoria contra los invasores nazis. Su labor acabó con la ejecución
de Mussolini que fue localizado en los montes Apeninos en 1945 poco antes que
la llegada de las tropas aliadas y en plena retirada de los alemanes de suelo
italiano.
Versión en castellano
Una mañana me he levantado.
(Esta mañana me he levantado)
O bella ciao, bella ciao, bella
ciao, ciao, ciao.
Esta mañana me he levantado
y he descubierto al invasor.
¡Oh! Guerrillero, quiero ir contigo.
O bella ciao, bella ciao, bella
ciao, ciao, ciao.
¡Oh! Guerrillero, quiero ir contigo
porque me siento aquí morir.
Y si yo caigo, en la guerrilla.
(Y si yo caigo en la montaña)
O bella ciao, bella ciao, bella
ciao, ciao, ciao.
Y si yo caigo, en la guerrilla,
(Y si yo caigo en la montaña)
tú me debes sepultar
Cava una fosa en la montaña
(Y tú me debes sepultar)
O bella ciao, bella ciao, bella
ciao, ciao, ciao.
Cava una fosa en la montaña
(Y tú me debes sepultar)
bajo la sombra de una flor.
Así la gente cuando la vea
(Y todos aquellos que pasen)
O bella ciao, bella ciao, bella
ciao, ciao, ciao.
Así la gente cuando la vea
(Y todos aquellos que pasen.)
se dirá ¡qué bella flor!
(Después dirán ¡qué bella flor!)
«Es la flor, de un guerrillero»,
(«Y esta es la flor de un
guerrillero»)
O bella ciao, bella ciao, bella
ciao, ciao, ciao.
«Es la flor, de un guerrillero»,
(«Y esta es la flor de un
guerrillero»)
muerto por la libertad.
...Es la flor, de un guerrillero,
muerto por la libertad.
Muerto por la libertad.
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