Pueden forzarte a decir cualquier cosa, pero no hay manera de que te lo hagan creer. Dentro de ti no pueden entrar nunca.

George Orwell






miércoles, 19 de junio de 2013

EL MALDITO COCHE DE JAMES DEAN


Hace unos días me regalaron uno de los muchos curiosos objetos contra supersticiones, "El ojo que todo lo ve", para los que habéis puesto cara rara, deciros que es una especie de talismán contra el mal de ojo que se vende en las tiendas de souvenirs en Turquía y en los países del próximo oriente en general. Si lo llevas puesto se supone que aunque te echen una de esas miradas asesinas, o alguien te desee un mal por pura envidia, pues eso, no te pasa nada y te vas de rositas. En esa tesitura, me dio por reflexionar sobre la mala suerte, seguro que a veces os da la impresión de que hay personas gafes, otras veces son objetos,  el que los posee está perdido, el dichoso chisme le hace la vida imposible. Y de eso mismo quiero hablar,  una de esas historias del estilo de "la maldición de Tutancamom ", relacionado con un  objeto en concreto, un coche de carreras.

James Dean, nació en Indiana (Estados Unidos) en el año 1931, era uno de esos actores jóvenes de aspecto rebelde de los años 50, ya sabéis, uno de esos tipos durillos y malotes, además de guapos y que se llevaban a las tías de calle. Antes de cumplir los 24 años ya había alcanzado la fama con las tres películas que rodó, "Al este del edén", "Rebelde sin causa" y "Gigantes", en esta última todo el mundo tiene la imagen de la lluvia de petróleo que le cae encima y le deja pringado pero contento. Con estas pelis ganó mucha pasta, casi como si el pozo petrolífero hubiera sido suyo de verdad, con lo que decidió gastarse el dinero en su afición favorita, los coches de carreras.

En 1955 se compró un bólido gris de marca Porsche, que contaba con 110 caballos,  gracias a su poco peso alcanzaba los 225 km hora, con una preciosa carrocería toda de aluminio. Un pedazo coche construido para las carreras y que el actor quería utilizar en una de sus habituales competiciones en las que solía participar. El 30 septiembre de ese mismo año, cogió su ranchera con remolque y cargó el coche, al que había bautizado "Pequeño Bastardo", había una competición en California por lo que le acompañaron su mecánico y su fotógrafo, porque si eres actor hace falta que te puedan retratar con tu tupé, mientras conduces a toda leche. Por lo visto, antes de llegar James pidió a sus acompañantes que bajaran el coche del remolque para poder rodar y ultimar la puesta a punto, su mecánico le acompañaba en el asiento del copiloto y el fotógrafo conducía la ranchera. Pero en un momento del trayecto, se encontraron con la mala suerte, un joven estudiante de 23 años que conducía un Ford de esos gigantescos que vemos en las películas, se encontró de frente con el coche del actor, que no lo pudo esquivar a pesar de ir a la velocidad permitida, se pegaron un tortazo de miedo que acabó para siempre con la prometedora carrera de James Dean y sesgo la vida del durillo de 24 años.

Tranquilos, no nos pongamos nerviosos, el post acaba de empezar, la historia todavía tiene que dar algunas vueltas y se os pondrán los pelillos de punta. Tenemos entonces un coche destrozado en la cuneta de una carretera, es el bolido de un actor famoso,  las piezas tienen cierto valor para los frikis y seguidores de Hollywood. Un mecánico y famoso restaurador de coches llamado George Barris compró los restos del Porsche por $2500, todavía se podían reutilizar algunas piezas que además con el paso del tiempo podían revalorizarse. Envió una grúa con la intención de recoger el coche, no se sabe por qué pero una vez que el coche estaba encima de la grua, las correas de sujeción se rompieron, el coche cayó de golpe y aplastó la pierna del pobre gruista. Finalmente el nuevo dueño decidió vender el coche por partes, dos ruedas fueron a parar a un coche de competición, llegó el día de la carrera y el coche se salió de la calzada porque los neumáticos habían reventado, el piloto quedó en estado de coma. El motor y la caja de cambios pasaron a otros dos coches de competición, estos dos coches en plena carrera sufrieron un accidente por problemas mecánicos, uno de ellos se empotro contra un árbol y el piloto perdió la vida, en cambio el otro competidor quedò gravemente herido.

Barris se quedó con la carrocería y la guardó en un garaje privado, una tarde uno de esos frikis hollywoodienses intentó robar el volante del coche, en el intento perdió un brazo. El mismo edificio sufrió un incendio gravísimo, todo quedó calcinado, los coches y el recinto, pero el maldito chasis plateado  quedó en perfecto estado. ¿Aquí ya nos empezamos a poner un poco nerviosillos? ¿No?. Eso mismo fue lo que le pasó al pobre Barris, cuando la carrocería del Porsche, que se encontraba en una exposición, se cayó de donde estaba sujeto e hirió a un turista que observaba el cochecito, por lo que decidió desprenderse del trasto de una vez por todas, no era normal tanta mala suerte.

Otra grúa cargó lo poco que quedaba del bólido, se dirigía al desguace pero en el camino sufrió un accidente y el conductor del otro vehículo implicado murió. El coche regresó al garaje de Barris, este volvió a subirlo en otras dos ocasiones a otras grúas para transportarlo al desguace, las dos veces sufrieron accidentes sin consecuencias. Por fin consiguió quitárselo de encima y los restos del coche desaparecieron para siempre, nadie sabe a ciencia cierta dónde se encuentran, yo por mi parte no recomiendo investigar sobre su paradero.

Y para rizar el rizo, he de deciros que el mecánico y el fotógrafo de Dean no habían, muerto en el accidente, uno de ellos murió de cáncer en 1995 y el otro de un accidente de tráfico en Alemania  en el año 1985.

No se vosotros, pero a mí me parece muy extraño toda esta coincidencia, no soy supersticioso ni veo los programas de Iker Jiménez, pero estas cosas dan muy mala espina. Por si acaso no me pienso quitar  el amuleto que me regalaron, os recomiendo que hagáis lo mismo sobre todo si estais viendo alguna de las películas del chico rebelde de tupé y cigarrillo.

 

HÉCTOR DE TROYA
 
 
 
 

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