-La mujer de la tierra de los vikingos

Puede parecer a simple vista que la mujer ocupaba un lugar
secundario en una sociedad con esta estructura, pero su papel era
imprescindible debido a las largas ausencias de los guerreros, por eso ellas
serán las encargadas de la granja y de la economía por lo que siempre llevaban
llaves colgando (símbolo de su dominio sobre el hogar). A diferencia de las
mujeres celtas, su matrimonio era concertado a la edad de 14 o 15 años, aunque
en su caso también podían optar por el divorcio alegando impotencia o
homosexualidad del marido. Aún así por una necesidad social las mujeres que
eran instruidas en el manejo de las armas, e incluso las mujeres que todavía no
habían contraído matrimonio se les permitía combatir en las batallas, acudir
a las misiones de sabotaje o incluso
capitanear alguno de sus barcos (el drakkar).

Éstas también cuidaban mucho su aspecto, vestían vestidos de
lana o lino, se recogían colectas o trenzas y las casadas se ataban a la nuca una cinta, mientras que las solteras llevaban
el pelo suelto. Pero había otros casos en las que preferirían el atuendo de
guerreras, muchas veces su carrera
militar fue interrumpida por el matrimonio, las guerras internas de los
diferentes clanes escandinavos hacían necesario que alguien cuidará de la aldea
y de los bienes del grupo.
Hay muchos ejemplos en las sagas sobre mujeres guerreras,
como ejemplo nos pueden valer las del cronista danés Saxo Gramaticus. Nos cuenta
cómo en una guerra entre los reyes de
Dinamarca y Suecia, 300 mujeres comandadas por una tal Visna combatieron del
lado danés con pequeños escudos y largas espadas. Para no complicarnos
demasiado con los nombres escandinavos y nos extendamos demasiado, pondremos el
ejemplo que nos dan las crónicas de este hombre, la que nos habla de una mujer
guerrera llamada Alwilda que vivió en el siglo V y que está un poco difusa
entre la historia y la leyenda.
La princesa de una pequeña isla cerca de Dinamarca decidió
tomar el camino de los guerreros a pesar de los mandatos de su padre, junto a
un grupo de mujeres empezó a destacar en
los campos de batalla, en los saqueos que realizaban en la zona, hasta que su
padre aceptando una oferta del rey de Dinamarca decidió que debía casarse con
el príncipe Alf, un joven y prestigioso príncipe danés. No obstante Alwilda
decidió hacer caso omiso de su padre y junto a su grupo de mujeres, que le
habían sido fieles, embarcó rumbo a la aventura, lejos del destino que su padre
le tenía preparado.
Llegaron a una isla y se encontraron con unos piratas que
habían perdido a su capitan, no sabemos por qué, pero resulta que eligieron a
la joven princesa como capitana, muy pronto sus correrías fueron haciendose
importantes a lo ancho del mar báltico, poco a poco fueron creando una gran
flota pirata que comenzó a preocupar al rey de Dinamarca, que envió a su conocido
hijo a eliminar las naves enemigas. Obviamente ninguno de los dos conocía al
capitán de dichos piratas y menos aún que se trataba de la antigua prometida
del príncipe.
Pronto las flotas danesas y piratas se encontraron e
iniciaron una sangrienta batalla, los dos barcos capitanes chocaron entre
ellos, los espolones hicieron su trabajo y crearon un entrelazado de maderas
como soporte de los duros enfrentamientos cuerpo a cuerpo. El príncipe Alf decidió
retar a un combate singular al capitán pirata con el fin de terminar con la
batalla de una vez por todas, Alwilda ataviada totalmente como un guerrero
aceptó el desafío, lucharon durante largo tiempo pero finalmente la fuerza
bruta del danés hizo que la guerrera perdiera su espada quedando así a su
merced. Como los vikingos respetaban mucho la fuerza y la valentía, el príncipe pidió a su enemigo que mostrara su
rostro, entonces bajo el casco apareció la que había sido su prometida, acto
seguido le perdonó la vida y terminaron casándose. En otras versiones acabó con
su vida y en otras terminó convirtiéndose en la reina de Dinamarca.
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