En esta reconstrucción del paradigma de
izquierda, del socialismo del siglo XXI, debe producirse la cohesión de la
sociedad para acabar con este capitalismo que sólo conviene a unos pocos.
Tenemos que hacerlo, porque nos están menguando unos derechos que han tardado
más de un siglo en conseguirse, muchos hombres y mujeres han dado incluso su
vida por mejorar las condiciones laborales, sociales y políticas de toda la
humanidad, no tenemos que olvidarlo y quisiera reconocer la labor de unos de
ellos, este era el objetivo del 1 mayo hace mucho tiempo, como conmemoración a
los Mártires de Chicago. No pretendo con ello quedarme en el pasado pero
quisiera pensar que la vida de aquellas personas que comenzaron la lucha obrera
en el siglo XIX no sirvieron para nada.
Los hechos
ocurrieron en la segunda mitad del siglo XIX , en los comienzos de la
industrialización en Estados Unidos. Todo ello coincidió con el final de la
Guerra de Secesión en plena reconstrucción tras la contienda. Asesinado Abraham
Lincoln la difícil tarea cayó en manos de Andrew Johnson, uno de los pocos
dirigentes sureños que no había abandonado su puesto y que se había convertido
en el vicepresidente de Lincoln. En aquella época de reconstrucción Estados Unidos pasaba por dificultades económicas,
los trabajadores tenían que soportar interminables jornadas laborales que
incluso superaban las 16 horas diarias en condiciones realmente miserables. El
campo también atravesaba dificultades por lo que los ganaderos comenzaron a
desplazarse a las ciudades que junto a miles de inmigrantes europeos de
Alemania, Italia, Inglaterra, Irlanda comenzaron a formar suburbios en los
alrededores de las grandes urbes.
Así, Chicago
se convirtió a finales del siglo XIX en la segunda ciudad más grande de Estados
Unidos, por detrás de Nueva York. Comenzaron a aparecer las primeras fábricas y
el ferrocarril, con ello la cantidad de obreros creció sustancialmente y con
ello la importancia y la filiación de los sindicatos, algunos de ellos de
tendencia socialista. Desde hacía tiempo, las reivindicaciones obreras se
centraban en luchar por la jornada de ocho horas, es decir, "ocho horas
para trabajar, ocho horas para dormir,
ocho horas para la casa". El presidente Andrews Johnson debido a la
presión de los trabajadores y los sindicatos, decidió a principios de 1886 la
creación de la llamada "ley Ingersoll" por la que se establecía la
jornada de ocho horas, aún así en el sector privado no se aplicó y tanto
hombres, mujeres y niños seguían trabajando 10, 12 y 14 horas, estos últimos
cobrando salarios más bajos.
Debido a
estos incumplimientos los movimientos sociales y sindicales de Estados Unidos
empezaron una campaña en busca de las ocho horas laborales. Chicago se
convirtió en uno de los focos de aquellas protestas, especialmente entre el 1 y
el 4 de mayo de 1886. El primero de los días se convocó una protesta a las
puertas de una fábrica de maquinaria agrícola, la empresa se llamaba McCormick
y la mayoría de sus obreros estaban en huelga, porque les querían descontar el
sueldo para la construcción de una iglesia. Uno de los portavoces sindicales
estaba dando un discurso, la bocina de la fábrica se escuchó y de las puertas
salieron los esquiroles, se montó una gran pelea campal en la que la policía
cargó, ocasionando un gran número de heridos y seis muertos.

Y sí,
finalmente el 11 noviembre 1887 fueron llevados al cadalso acusados de enemigos
de la sociedad. Los alemanes Samuel Fielden y Michael Schwab fueron condenados
a cadena perpetua y el estadounidense Oscar Neebe a 15 años de trabajos
forzados. Los que no pudieron librarse de la horca fueron los alemanes George
Engel (tipógrafo, 50 años), Adolfo Fischer (periodista, 30 años), August Spies
(periodista, 31 años), Louis Lingg (carpintero, 22 años) que se suicidó en su
propia celda y el estadounidense Albert Parsons (periodista, 39 años).
Aquel juicio
marcó un antes y un después en la historia de la izquierda mundial, demostraba
hasta qué punto podría llegar el capitalismo para derribar cualquier atisbo de
libertad, de resistencia o de contestación a unas condiciones laborales y
políticas muy precarias, muchos inmigrantes se dieron cuenta de que la tierra
de las oportunidades no era tal, como demuestra que seis de los acusados fueran
alemanes.
De esta
manera llegamos al año 1889, en París se había reunido la Segunda Internacional
Socialista que acordaron celebrar una masiva concentración en honor de los
Mártires de Chicago, que habían dado su vida por la causa del socialismo
libertario y de la izquierda mundial, aquel día era día 1 de mayo. En un
principio no pensaron en realizar dicha concentración cada año, pero finalmente
así ocurrió y anualmente se realizó en homenaje a dichos hombres injustamente
asesinados por sus ideas políticas.
Ahora nos toca a nosotros continuar la senda de tantos y
tantos que han dado su vida por la libertad, por la igualdad y la justicia.
Tenemos que tener presente en cada lucha, por difícil que sea, que muchas
personas se sacrificaron en la búsqueda de un mundo mejor, y que ahora nos toca
luchar por nuestros jóvenes,porque nuestros hijos e hijas tengan una
alternativa al neoliberalismo que asola el planeta. Salgamos a la calle con la
cabeza bien alta, siendo conscientes de que el camino está lleno de
dificultades pero que estamos dispuestos a seguir la lucha, a defender nuestros
derechos que ha costado la vida a miles de personas. Lo siento, pero la lucha
de clases sigue ahí, tenemos motivos suficientes para enfrentar y construir el
camino de la victoria. ¡LA VICTORIA ESTA EN FORTIFICAR Y RESISTIR!.
"El socialismo, tal como nosotros lo entendemos, significa que la tierra y las máquinas deben ser propiedad común del pueblo. La producción debe ser regulada y organizada por asociaciones de productores que suplan a las demandas del consumo. Bajo tal sistema todos los seres humanos habrán de disponer de medios suficientes para realizar un trabajo útil, y es indudable que nadie dejará de trabajar. Cuatro horas de trabajo cada día serían suficientes para producir todo lo necesario para una vida confortable, con arreglo a las estadísticas. Sobraría, pues, tiempo para dedicarse a las ciencias y al arte."
Michael Schawn
HÉCTOR
PRIETO
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