
Muy pronto, en este mes de agosto que se acerca, se cumplirá
un año desde que decidí abrir las puertas de mi establecimiento, no vendo nada,
sólo reparto sueños y propongo entretenimiento, cualquiera puede mirar el
escaparate, todos estáis invitados a entrar y sentaros cómodamente en el viejo
pupitre de madera y ojear mi carta de sueños, un camarero de utopías con su
desgastado traje os servirá a vuestra elección con una delicada y agradable
sonrisa. No os preocupéis por el precio, es gratis, porque los sueños están en
nuestro interior y compartiendolos nos hacemos más humanos, más cercanos. Es
una manera de agradeceros a todos mis lectores, los que han leído mucho, los
que han leído poco, los que están por leer algo, porque cualquiera que emplee
su tiempo y se lo dediqué a las líneas de este humilde tabernero de sueños, yo
no puedo más que continuar con esto y aliviar así la deuda que tengo con
vosotros. GRACIAS.
No obstante, este primer aniversario requiere algo especial,
no hay forma de ofreceros un tema concreto para dar las gracias, pero sí desearía
abriros mi corazón y contaros como surgió en mi la idea y la necesidad de
escribir para vosotros, de compartir mis inquietudes, mis sueños, aventuras,
cuentos, historias y demás gustos. Poco antes de escribir todo este contenido,
Héctor de Troya volvió a vosotros y venció a la oscuridad, para los que no me
conozcáis sabed que volví a nacer después de un peligroso sueño de cinco
días, al igual que los adolescentes de
la ciudad griega de Esparta, que debían sobrevivir a solas en la naturaleza
enfrentándose a sus miedos, si regresaban se convertían en guerreros que no
temblaban ante la muerte, los mismos que con 300 hombres resistieron el ataque
de un imperio. A mi regreso entendí la fragilidad de la vida humana, sentí que
los momentos hay que vivirlos intensamente, no rendirse jamás ante los
obstáculos y avanzar paso a paso pero con decisión.
Así nació el Rinconcito para cumplir mi deseo de escribir,
la necesidad de compartir mis cosas con los demás y aprovechar a tope cada
minuto que tenemos, no sabéis lo feliz que me habéis hecho siguiendo mi blog.
Juntos hemos vivido este año tan intenso, desde mi cuento en el desierto hasta
los embarrados campos de fútbol de 1970; desde la brutalidad policial contra
los estudiantes valencianos hasta la injusta dictadura de Guinea ecuatorial;
desde las exposiciones artísticas hasta las historias de brujas…
Recordad lo insignificantes que somos en el universo, sentir
cada instante como si fuera el último y sobre todo expresar vuestros
sentimientos hacia los demás, todo esto lo podemos resumir en que hay que vivir
la vida, adelante compañeros, amigos.
Quiero dedicar esta canción a mis lectores, una canción de
mi artista favorito, el tantas veces nombrado Ismael Serrano. Ahora en los
primeros días de agosto habrá que tomarse un descanso, ya sabéis las vacaciones
junto al mar en hermosas y paradisíacas playas jajaja.
¡VOLVEREMOS MUY PRONTO! ¡QUE LO PASÉIS BIEN Y FELICES
VACACIONES!
HÉCTOR DE TROYA.
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