Pueden forzarte a decir cualquier cosa, pero no hay manera de que te lo hagan creer. Dentro de ti no pueden entrar nunca.

George Orwell






viernes, 20 de abril de 2012

LOS "HOMBRES AZULES" Y SU INDEPENDENCIA; VÍCTIMAS MEDIÁTICAS


El pasado 6 abril, saltó a la luz una noticia esperanzadora para los pueblos que buscan su libertad, no obstante ocurría a muchos kilómetros de aquí, en un lugar de África llamado Mali, en el norte, en la región llamada Azawad un movimiento de liberación nacional integrado por el pueblo TUAREG declaró la independencia de la región, tras anunciar el alto el fuego con el gobierno central días antes, se basaban en el derecho de soberanía de las Naciones Unidas y se comprometían a respetar los derechos humanos y las fronteras de los países limítrofes. Aún así diversos organismos internacionales como la Comisión Europea no aceptaron el derecho a decidir, solicitado por este pueblo que lleva milenios habitando esas tierras. Además, desde los medios de comunicación se ha cometido una serie de ataques contra dicho pueblo basado en mentiras inadmisibles que demuestran los intereses económicos que occidente sigue teniendo en dicho continente, esquilmando los recursos de millones de africanos.

Aún así, nadie conocía este tema anteriormente, hasta que apareció la palabra Al Qaeda, es la excusa de siempre, los pueblos que se alzan por su liberación en las regiones musulmanas parece que siempre son de este grupo terrorista. Por lo tanto los medios de comunicación occidentales aseguran que los tuareg son unos rebeldes dirigidos por Al Qaeda para destruir la paz en África. La mejor manera de combatir estas falsedades es echando la vista atrás, veremos algo de la historia reciente de este país africano. Cada uno que saque las conclusiones que vea oportunas una vez leída esta contrainformación que quiero explicar.

El 22 marzo de este año 2012, pocos saben que en la capital de Mali, en Bamaco se produjo un golpe militar que derrocó al presidente electo del país Amadou Toumani Touré, que en abril terminaba su mandato y no pensaba presentarse a las elecciones. Los argumentos del capitán Sanogo, jefe autoproclamado de los golpistas, eran la mano blanda del anterior presidente con las guerrillas tuareg del norte y el poco ímpetu puesto por el gobierno para eliminar a los nómadas. Además organizaron una junta militar que tomaba el poder "provisional" hasta establecer la seguridad en el país, en un principio para la comunidad internacional, Francia (su antigua metrópoli) y Estados Unidos anunciaron que cortarían toda ayuda económica hasta que no establecieran un gobierno estable después de organizar unas elecciones libres y democráticas. No obstante, para que ocurriera tal cosa se tuvo que producir el avance tuareg a finales de marzo y su declaración de independencia para que la junta militar pusiera un gobierno provisional que organizara  en breve unas elecciones, pero en la que con otras siglas participan los propios  golpistas y sea excluido el antiguo presidente que todavía permanece en paradero desconocido.

Mientras tanto esta región sufre una de las sequías más fuertes de los últimos tiempos que está creando problemas graves entre la población, problemas de hambruna y desnutrición que las ayudas internacionales apenas pueden aliviar. Pero a los golpistas poco les importa los problemas de la población, su empeño es mantener la unidad nacional cueste lo que cueste, de momento la táctica militar no les ha servido de mucho, han pasado por lo tanto a relacionar el movimiento de liberación con el grupo terrorista Al Qaeda, que según dicen controla prácticamente todo el territorio que reclaman los tuareg, es cierto que tienen el control de algunas ciudades,  pero los tuareg  están dispuestos a enfrentarse a este grupo según las declaraciones que han hecho. El problema es que una vez que la junta militar ha anunciado elecciones parece que la comunidad internacional ha cambiado su opinión y ha pasado a defender la unidad nacional de Mali, han apoyado la idea de que los tuareg son Al Qaeda que han prestado sus medios de comunicación para desprestigiar la declaración de independencia, también se ha sumado a ellos la Comunidad Económica de los países del África Occidental que no desean que la rebelión se extienda a otros países donde también hay comunidades tuareg  y nómadas como Mauritania o Argelia. Francia, que fue la colonizadora de este territorio desea acabar cuanto antes con las molestias de los pastores nómadas tuareg  ya que tienen intereses económicos en las explotaciones de uranio que hay en territorio reclamado por los hombres azules, no quiere perder su influencia en una posible división de Mali. Sería vergonzoso que organizaran una intervención militar tendiendo a la población muerta de hambre y sed, pero ya se sabe que el ansia colonizadora occidental aparece por doquier.

Echemos una vista atrás en el tiempo, ya en los tiempos de la gran Roma los pueblos bereberes a los que pertenecen los tuareg habitaban en los territorios del sur del actual Marruecos, estos pueblos se habían dispersado en el neolítico cuando las grandes sabanas se secaron y se convirtieron en desierto. Algunos historiadores romanos escribieron algo sobre estos pueblos, a los que llamaban Garamantes. En principio su piel era blanca, lo que las tradiciones tuareg lo atribuyen a dos mujeres que vinieron del norte y que son el origen de las diferentes tribus del entramado tuareg. La primera información más completa sobre ellos se producen  en torno al siglo X y XI cuando los cronistas árabes recorrieron estas tierras, muchas veces los encontraron durante sus viajes en caravanas comerciales que atravesaban los desiertos hasta el África subsahariana,  donde adquirían el oro y los esclavos que vendían en el norte de África. En contacto con estos comerciantes árabes conocieron  la religión musulmana a la que se convirtieron pero manteniendo la estricta organización político -social tradicional de los pueblos nómadas.

Su economía se basaba ya entonces en el pastoreo, sobre todo de cabras y camellos, dirigiendo caravanas de sal hacia el norte y en ocasiones asaltando caravanas o viajeros a los que hacían pagar un tributo, muchas veces una parte del cargamento. Todo lo necesario para la supervivencia en un territorio tan hostil como el desierto. Aproximadamente en el siglo XIV de nuestra era empezaron a tener algunos problemas al sur del desierto, con la extensión de algunos imperios o reinos como Ghana, Mali o Songay. Éstos últimos, consiguieron mantener más o menos controladas las incursiones de los nómadas pero su época de esplendor fue relativamente corta ya que en una expedición organizada por el rey de Marruecos y mercenarios musulmanes de la actual España atravesaron en un penoso viaje el Sáhara, trasladando cañones británicos que habían adquirido. Murieron muchos en el camino, pero las pocas armas de fuego con las que llegaron fueron suficientes para desarticular en una desigual batalla a los miles de guerreros Songay, armados con armas blancas. Los vencedores que no querían volver a atravesar el desierto trataron de organizarse, pero las incursiones continuas de los nómadas hicieron que dejaran  sus puestos y se infiltraron entre la población local.

A principios del siglo XIX, llegan los primeros aventureros europeos a la cuenca del río Níger atravesando el gran desierto (los portugueses hacía tiempo que habían establecido bases comerciales y militares en las costas africanas), la mayoría de ellos escritores, científicos, poetas o exploradores financiados por ricos mecenas. Las crónicas de estos personajes solían tener un carácter romántico sobre las hazañas, la nobleza, la personalidad y la hospitalidad de los tuareg a pesar de que a muchos les costó la vida por la dureza del desierto, por enfrentamientos violentos o peligrosas enfermedades. El problema surgió cuando Francia se extendió por este territorio y empezó a encontrarse con los incómodos hombres azules, por ejemplo cuando trataron de construir una línea de ferrocarril que atravesara el desierto, un destacamento militar que vigilaba las obras fue aniquilado por un ataque nómada. Todavía la persecución contra los pueblos originarios en toda  África se hace más evidente a partir del Tratado de Berlín en 1885 cuando Francia y Alemania organizaron una conferencia en la que las potencias europeas se repartieron el pastel africano. En una división hecha a escuadra y cartabón diversos pueblos enfrentados históricamente coincidieron en un mismo territorio administrativo impuesto,  que ellos no comprendía. Cada vez tenían más dificultades para mantener su modo de vida que no conocía fronteras dentro del desierto, aún así consiguieron resistir las persecuciones de los ejércitos europeos que en ocasiones causaron grandes bajas entre los tuareg,  que se revelaban por su carácter guerrero.

Así llegamos a 1962 cuando Mali consigue la independencia de la metrópoli francesa, pero  el país mantenía desde su nacimiento un viejo problema, era la coincidencia de los tuareg y las tribus negras del sur que tradicionalmente habían estado enfrentados como hemos dicho desde la época del imperio Songay. Así en 1963 se producen los primeros levantamientos nómadas en la región que ahora pide su independencia. Los levantamientos volvieron a producirse en los años 80 y a partir de 1991, tras años de luchas entre el gobierno y las guerrillas tuareg se frenaron los levantamientos nómadas y solicitaron al menos cierta autonomía,  pero incluso se les negó el derecho a construir escuelas. Además las fronteras que han ido surgiendo en todo el continente africano han hecho que los tuareg se hayan quedado divididos en diferentes países.

Ahora sólo tratan de mantener sus formas de vida en un territorio amputado, pero ya se sabe que en la época del neocolonialismo grandes trasnacionales occidentales tienen importantes intereses en territorio africano. Han presionado, manipulado y defendido a sangrientos dictadores en todo el territorio que han vendido sus recursos, que  van enriquecido a las empresas extranjeras y a los autócratas. Los tuareg siguen buscando la legitimidad de  su derecho a decidir, decidir cómo quieren vivir, cómo quieren organizarse y sobre todo saben que no quiere convivir con los corruptos y los golpistas que en nombre de la democracia inexistente sumen a su población en el hambre y la miseria, por lo que quién sabe qué estarían dispuestos a hacer contra los nómadas (bueno, ahora ya ni eso).

Por eso el corrupto estado de Mali y sobre todo Francia, no tienen derecho a vetar la independencia de los tuareg, ni siquiera la Comisión Europea o la Unión africana deberían de dejar de meter las narices donde nadie les llama. Señores dejen de llamar terroristas, islamistas o lo que quieran a los pueblos que buscan su libertad, que se enfrentan al imperialismo occidental con todas sus fuerzas y que sólo quieren vivir dignamente como les apetezca.

Yo por lo menos desde Euskal Herria y como Internacionalista que me siento, les doy toda mi solidaridad para que alcancen la dignidad que todo grupo humano merece.



HASTA LA VICTORIA SIEMPRE, PATRIA O MUERTE. (Ernesto Guevara)

LA HISTORIA ES NUESTRA Y LA HACEN LOS PUEBLOS. (Salvador Allende)



HÉCTOR DE TROYA

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