
Aún así, nadie conocía este tema anteriormente, hasta que
apareció la palabra Al Qaeda, es la excusa de siempre, los pueblos que se alzan
por su liberación en las regiones musulmanas parece que siempre son de este
grupo terrorista. Por lo tanto los medios de comunicación occidentales aseguran
que los tuareg son unos rebeldes dirigidos por Al Qaeda para destruir la paz en
África. La mejor manera de combatir estas falsedades es echando la vista atrás,
veremos algo de la historia reciente de este país africano. Cada uno que saque
las conclusiones que vea oportunas una vez leída esta contrainformación que
quiero explicar.
El 22 marzo de este año 2012, pocos saben que en la capital
de Mali, en Bamaco se produjo un golpe militar que derrocó al presidente electo
del país Amadou Toumani Touré, que en abril terminaba su mandato y no pensaba
presentarse a las elecciones. Los argumentos del capitán Sanogo, jefe
autoproclamado de los golpistas, eran la mano blanda del anterior presidente
con las guerrillas tuareg del norte y el poco ímpetu puesto por el gobierno
para eliminar a los nómadas. Además organizaron una junta militar que tomaba el
poder "provisional" hasta establecer la seguridad en el país, en un
principio para la comunidad internacional, Francia (su antigua metrópoli) y
Estados Unidos anunciaron que cortarían toda ayuda económica hasta que no
establecieran un gobierno estable después de organizar unas elecciones libres y
democráticas. No obstante, para que ocurriera tal cosa se tuvo que producir el
avance tuareg a finales de marzo y su declaración de independencia para que la
junta militar pusiera un gobierno provisional que organizara en breve unas elecciones, pero en la que con
otras siglas participan los propios golpistas
y sea excluido el antiguo presidente que todavía permanece en paradero
desconocido.
Mientras tanto esta región sufre una de las sequías más
fuertes de los últimos tiempos que está creando problemas graves entre la
población, problemas de hambruna y desnutrición que las ayudas internacionales
apenas pueden aliviar. Pero a los golpistas poco les importa los problemas de
la población, su empeño es mantener la unidad nacional cueste lo que cueste, de
momento la táctica militar no les ha servido de mucho, han pasado por lo tanto
a relacionar el movimiento de liberación con el grupo terrorista Al Qaeda, que
según dicen controla prácticamente todo el territorio que reclaman los tuareg,
es cierto que tienen el control de algunas ciudades, pero los tuareg están dispuestos a enfrentarse a este grupo
según las declaraciones que han hecho. El problema es que una vez que la junta
militar ha anunciado elecciones parece que la comunidad internacional ha
cambiado su opinión y ha pasado a defender la unidad nacional de Mali, han
apoyado la idea de que los tuareg son Al Qaeda que han prestado sus medios de comunicación
para desprestigiar la declaración de independencia, también se ha sumado a
ellos la Comunidad Económica de los países del África Occidental que no desean
que la rebelión se extienda a otros países donde también hay comunidades tuareg
y nómadas como Mauritania o Argelia.
Francia, que fue la colonizadora de este territorio desea acabar cuanto antes
con las molestias de los pastores nómadas tuareg ya que tienen intereses económicos en las
explotaciones de uranio que hay en territorio reclamado por los hombres azules,
no quiere perder su influencia en una posible división de Mali. Sería
vergonzoso que organizaran una intervención militar tendiendo a la población
muerta de hambre y sed, pero ya se sabe que el ansia colonizadora occidental
aparece por doquier.
Echemos una vista atrás en el tiempo, ya en los tiempos de
la gran Roma los pueblos bereberes a los que pertenecen los tuareg habitaban en
los territorios del sur del actual Marruecos, estos pueblos se habían
dispersado en el neolítico cuando las grandes sabanas se secaron y se
convirtieron en desierto. Algunos historiadores romanos escribieron algo sobre
estos pueblos, a los que llamaban Garamantes. En principio su piel era blanca,
lo que las tradiciones tuareg lo atribuyen a dos mujeres que vinieron del norte
y que son el origen de las diferentes tribus del entramado tuareg. La primera
información más completa sobre ellos se producen en torno al siglo X y XI cuando los cronistas
árabes recorrieron estas tierras, muchas veces los encontraron durante sus
viajes en caravanas comerciales que atravesaban los desiertos hasta el África
subsahariana, donde adquirían el oro y
los esclavos que vendían en el norte de África. En contacto con estos
comerciantes árabes conocieron la
religión musulmana a la que se convirtieron pero manteniendo la estricta
organización político -social tradicional de los pueblos nómadas.

A principios del siglo XIX, llegan los primeros aventureros
europeos a la cuenca del río Níger atravesando el gran desierto (los
portugueses hacía tiempo que habían establecido bases comerciales y militares
en las costas africanas), la mayoría de ellos escritores, científicos, poetas o
exploradores financiados por ricos mecenas. Las crónicas de estos personajes
solían tener un carácter romántico sobre las hazañas, la nobleza, la
personalidad y la hospitalidad de los tuareg a pesar de que a muchos les costó
la vida por la dureza del desierto, por enfrentamientos violentos o peligrosas
enfermedades. El problema surgió cuando Francia se extendió por este territorio
y empezó a encontrarse con los incómodos hombres azules, por ejemplo cuando
trataron de construir una línea de ferrocarril que atravesara el desierto, un
destacamento militar que vigilaba las obras fue aniquilado por un ataque
nómada. Todavía la persecución contra los pueblos originarios en toda África se hace más evidente a partir del
Tratado de Berlín en 1885 cuando Francia y Alemania organizaron una conferencia
en la que las potencias europeas se repartieron el pastel africano. En una división
hecha a escuadra y cartabón diversos pueblos enfrentados históricamente
coincidieron en un mismo territorio administrativo impuesto, que ellos no comprendía. Cada vez tenían más
dificultades para mantener su modo de vida que no conocía fronteras dentro del
desierto, aún así consiguieron resistir las persecuciones de los ejércitos
europeos que en ocasiones causaron grandes bajas entre los tuareg, que se revelaban por su carácter guerrero.
Así llegamos a 1962 cuando Mali consigue la independencia de
la metrópoli francesa, pero el país
mantenía desde su nacimiento un viejo problema, era la coincidencia de los
tuareg y las tribus negras del sur que tradicionalmente habían estado
enfrentados como hemos dicho desde la época del imperio Songay. Así en 1963 se
producen los primeros levantamientos nómadas en la región que ahora pide su
independencia. Los levantamientos volvieron a producirse en los años 80 y a
partir de 1991, tras años de luchas entre el gobierno y las guerrillas tuareg
se frenaron los levantamientos nómadas y solicitaron al menos cierta autonomía,
pero incluso se les negó el derecho a
construir escuelas. Además las fronteras que han ido surgiendo en todo el
continente africano han hecho que los tuareg se hayan quedado divididos en
diferentes países.
Ahora sólo tratan de mantener sus formas de vida en un
territorio amputado, pero ya se sabe que en la época del neocolonialismo
grandes trasnacionales occidentales tienen importantes intereses en territorio
africano. Han presionado, manipulado y defendido a sangrientos dictadores en
todo el territorio que han vendido sus recursos, que van enriquecido a las empresas extranjeras y a
los autócratas. Los tuareg siguen buscando la legitimidad de su derecho a decidir, decidir cómo quieren
vivir, cómo quieren organizarse y sobre todo saben que no quiere convivir con
los corruptos y los golpistas que en nombre de la democracia inexistente sumen
a su población en el hambre y la miseria, por lo que quién sabe qué estarían
dispuestos a hacer contra los nómadas (bueno, ahora ya ni eso).
Por eso el corrupto estado de Mali y sobre todo Francia, no
tienen derecho a vetar la independencia de los tuareg, ni siquiera la Comisión
Europea o la Unión africana deberían de dejar de meter las narices donde nadie
les llama. Señores dejen de llamar terroristas, islamistas o lo que quieran a
los pueblos que buscan su libertad, que se enfrentan al imperialismo occidental
con todas sus fuerzas y que sólo quieren vivir dignamente como les apetezca.
Yo por lo menos desde Euskal Herria y como Internacionalista
que me siento, les doy toda mi solidaridad para que alcancen la dignidad que
todo grupo humano merece.
HASTA LA VICTORIA SIEMPRE, PATRIA O MUERTE. (Ernesto
Guevara)
LA HISTORIA ES NUESTRA Y LA HACEN LOS PUEBLOS. (Salvador Allende)
HÉCTOR DE TROYA
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