Pueden forzarte a decir cualquier cosa, pero no hay manera de que te lo hagan creer. Dentro de ti no pueden entrar nunca.

George Orwell






domingo, 25 de junio de 2017

RENDICION DE SANTOÑA


Últimamente estoy alucinando con el PNV, no solo mantienen su tradicional cambio de chaqueta, hoy negociamos con Rajoy y mañana canto el Eusko gudariak. Ahora también pretenden cambiar la historia, justificar lo que ya ocurrió  maquillando lo ignomioso, y aquí me tocan la fibra de historiador fracasado. Me refiero al libro de “ciencia ficción” presentado por Ortuzar, un buen guión para la versión vasca de La guerra de las galaxias, escrita por Anasagasti y Koldo San Sebastián con el título El otro Pacto de Santoña.

Es flipante como manipulan los hechos y cambian los términos, para hacernos creer que aquella rendición cobarde y traicionera para con sus propios gudaris, en su realidad virtual no fue una traición como sostiene la historiografía, sino “todo lo contrario”. ¿Que es lo contrario? Quizás una gran victoria diplomática, o a lo mejor querían jugar al fútbol playa con los italianos. Sostienen que la culpa fue de la República por no enviar aviones y que gracias al PNV se salvaron vidas y haciendas.

No obstante lo que pasó fue algo más complicado, los italianos al servicio de Franco controlaban la zona de Cantabria y cercaban a los gudaris. La superioridad nacional fascista era aplastante, la República tenía cuatro aviones viejos y de intentar cruzar 200 kilómetros de territorio enemigo hubieran sido fácilmente derribados por los cazas alemanes. Por otro lado empezaron a negociar en secreto con la Italia de Mussolini, con términos que a mí me suenan a capitulación, juzguen ustedes.

-       Deponer ordenadamente las armas, entregando el material a las fuerzas legionarias italianas, que ocuparían sin lucha la región de Santoña.

-       Conservar el orden público en la zona que ocuparan.

-       Asegurar la vida y libertad de los rehenes políticos de las cárceles de Laredo y Santoña.

-       Garantizar la vida de todos los combatientes vascos. Tenerlos hasta la terminación de la guerra bajo su mando, sin entregarlos al general Franco.

-       Garantizar la vida y autorizar la salida al extranjero de todos los hombres políticos y funcionarios vascos existentes en los territorios de Santoña y Santander.

-       Considerar a los combatientes vascos, sometidos a esta capitulación, libres de toda obligación de participar en la guerra civil.

-       Garantizar que no sea perseguida la población leal al gobierno provisional de Euzkadi.

En cuanto a considerar el pacto como una traición a la República, quizás sea un pelín exagerado, hay que tener en cuenta que el Frente Norte estaba militarmente aislado, aunque sí que parece feo no contar con los aliados. En cambio negociar una rendición secreta cuando tus tropas se batían el cobre, eso señores, es una traición a los tuyos. Mientras los líderes políticos del partido jeltzale salvaron el pellejo, miles de gudaris de toda ideología quedaron en manos italianas, que lógicamente se pasaron el trato por el forro.

Que tampoco nos vendan la moto de que salvaron muchas haciendas, porque no destruir Bilbao fue una cagada estratégica de primer orden. Con aquella decisión se reforzó todavía más el arsenal franquista, pero claro los jauntxos bilbaínos mantuvieron sus industrias, poderoso caballero don dinero.

Al final las causas de la derrota fueron muchas, la principal la desorganización y poca confianza entre los diferentes grupos, y en ella todos tenían su responsabilidad. Al César lo que es del César.

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