Pueden forzarte a decir cualquier cosa, pero no hay manera de que te lo hagan creer. Dentro de ti no pueden entrar nunca.

George Orwell






viernes, 6 de febrero de 2015

SAHARA; LA HISTORIA INTERMINABLE


“La diferencia entre el revolucionario y terrorista se encuentra en la razón por la cual cada uno lucha. Porque todo el que defiende una causa justa y lucha por la libertad y la liberación de su tierra de los invasores o contra los colonos y los colonialistas no puede ser llamado terrorista, caso contrario, el pueblo de los EE.UU. en su lucha por la liberación de los colonialistas británicos habrían sido; la resistencia europea contra los nazis sería terrorismo; la lucha de los pueblos de Asia, África y América Latina también sería terrorismo, y muchos de ustedes que están en esta sala de la Asamblea serían considerados terroristas.”

Yasser Arafat, discurso ante la ONU, 1974.


Hay circunstancias en las que la línea entre revolucionario y terrorista puede ser muy delgada, dependiendo de la latitud en la que hayas nacido y la posición geoestratégica de dicho territorio. Evidentemente el caso más sangrante de la actualidad es Palestina, en este lugar el niño que lanza una piedra a un tanque que ha aplastado su casa será considerado enemigo por los soldados israelíes, este verano hemos visto como impunemente se han bombardeado casas, escuelas y hospitales en la Franja de Gaza según las autoridades de Israel con la intención de "acabar con los terroristas", supuestos terroristas que no pueden defenderse y que como mucho lanzan algún cohete de fiestas en dirección contraria, además de que la población civil palestina no es más que un daño colateral para los sionistas.

Pero hay otro pueblo hermano con menos cobertura mediática que en el Medio Oriente, y que estos días está siendo de bastante actualidad aunque los medios informativos prácticamente no le hayan dado ninguna importancia. Estoy hablando del caso de Hassana Aalia, un joven activista saharaui al que el gobierno le niega el asilo político a pesar de que en su país  está condenado a cadena perpetua, por protestar pacíficamente contra la ocupación marroquí. Pero el gobierno del reino de España no atiende a las peticiones, no quiere entender que a Hassana se le condenó en juicio ilegal o que en Marruecos se vulnera constantemente los derechos humanos y no digamos en los territorios ocupados. Incluso en los últimos días un joven saharaui de 22 años moría en una cárcel marroquí a causa de las heridas sufridas por las torturas de sus captores. Pero parece que las relaciones amistosas entre ambos países está muy por encima del respeto por las personas y los pueblos, aunque el país del Norte de África se salte los acuerdos o asalte la isla del perejil, cuya única resistencia era un grupo de cabras supuestamente terroristas.

El Sáhara Occidental también tiene otras cosas en común con Palestina, ambos fueron abandonados por sus antiguas metrópolis (España y Gran Bretaña) cuando vieron que no tenían nada más que quitarles. Los territorios de ambos pueblos fueron entregados a un tercer interesado sin preguntar a sus habitantes, los territorios reivindicados por el Frente Polisario fueron entregados por el reino de España a Marruecos y Mauritania en los acuerdos de Madrid de 1974. En Palestina la ONU sólo entregó en 1948 la mitad del territorio, pero una vez los sionistas llegaron al poder decidieron hacerse también con la otra mitad, aunque sus despiadadas acciones militares no sean consideradas terrorismo por algunos. Y en ambos casos, los escasos territorios que controlan la población autóctona estan rodeados por sendos muros gigantescos, que dejarían en ridículo al 1000 veces nombrado "muro de la vergüenza", pero claro aquello era en Berlín y los comunistas eran los malos.

Pero la crítica no sólo tiene que ir hacia el despiadado régimen alauí, sino que gran parte de la culpa es del reino de España que por las Naciones Unidas todavía es considerado la metrópoli de los territorios saharaui, ya que esta autoridad internacional no admite la legalidad de los acuerdos de Madrid y exige a España que respete las leyes internacionales del derecho de autodeterminación del pueblo saharaui. Pero lo más cómodo es hacer oídos sordos, pero es que además todos los gobiernos españoles han pasado olímpicamente de la situación de este trozo del desierto, pero claro los acuerdos hace tiempo que fueron rotos por Marruecos y nadie se ha echado las manos a la cabeza por ello, y pensar que todo ello fue para que dejaran pescar a cuatro barcos andaluces mientras ellos explotan los sulfatos del Sáhara, la única riqueza con la que cuenta este pueblo. Porque seamos sinceros, si este territorio no tuviera algun tipo de interés económico no estaríamos hablando de ninguna ocupación, pero los recursos naturales también son propiedad de su pueblo, me atrevería a decir que cuando se acabe la extracción se abandonara a su suerte.

El problema es que algunos países como pudiera ser Marruecos o Israel pueden saltarse a la torera el derecho internacional, la cuestión es tener un buen amiguito como Estados Unidos que te permita jugar a soldaditos contra pueblos indefensos. Ahora bien, si se resisten por medio de las armas o aunque sea de forma pacífica siempre puedes decir que son terroristas y entrar a sangre y fuego en una acampada pacífica, como en la que fue condenado Hassana. Mientras, a la población originaria le quedan varias opciones;  vivir bajo la ocupación marroquí, esperar achicharrado por el desierto al otro lado del muro, aguantar en los campos de refugiados de Argelia, o finalmente  esperar a que Marruecos usurpe los recursos y acribillen a sus hermanos o bien los torturen en las cárceles.

Pero no todo está perdido, en los últimos días hemos visto cómo en muchos lugares de la península, especialmente en Euskal Herria, se han multiplicado gestos de solidaridad con el pueblo saharaui y en especial con Hassana Aalia. Cualquier persona con un poco de sentido común se puede dar cuenta del atropello que se está cometiendo contra este joven, cuando encima  lucha día a día porque su pueblo sea liberado de su yugo. Está claro que esto no lo podría  hacer en su país porque en cuanto bajara del avión sería encarcelado de por vida. Y no, muchos hombres y mujeres no aceptamos esta situación. Yo estoy seguro que la solidaridad entre los pueblos triunfará por encima de los atropellos y de los regímenes criminales que acusan de terrorista al que va con la verdad por delante.


SAHARA LIBRE

ASILO PARA HASSANA

 

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