La honra puede ser
mancillada. La justicia puede ser vendida. Todo puede ser desgarrado. Pero la
noción del bien flota sobre todo, y no naufraga jamás.
José Martí
A 26 de noviembre de este 2016 tenemos que despedir a un
grande, a muerto Fidel Castro Ruz. Algunos lloramos su muerte y otros la
estarán celebrando, pero nadie podrá negar que ha sido una de las personas más
importantes del siglo XX y quizás de la historia de latinoamerica.De todas
maneras no es momento para el llanto, al fin y al cabo nadie es para siempre,
aunque ha sido un referente histórico, ya ha tenido su momento, una vida
intensa, peligrosa, sacrificada por su pueblo.
Muchos dirán que fue un tirano, pero estos sufren una
amnesia selectiva, se han olvidado de la Cuba prerevolucionaria. Entonces la isla era el lugar de recreo de las clases
pudientes americanas, casinos, hoteles de lujo y puticlubs. Todo ello a costa
de los cubanos, de los campesinos sin tierra, lugar de grandes desigualdades. Claro, si tenías
“cash” era el paraíso, de hecho mafiosos como Al Capone Vivian a todo tren.
Lo cierto es que los Castro, no tenían necesidad material de
meterse en un cristo, pero algo tendría el joven Fidel cuando se puso en marcha.
Lo que no tenía, era el apoyo de ninguna gran potencia, y no tenía un ejército
detrás, se lo tuvieron que montar ellos solos, poniendo en juego su propia vida.
Quisiera saber cómo se hubieran
arreglado Pinochet, Videla o Franco sin soldados, sin tanques, sin aviones.
Juraría que no hubiesen ni empezado.
Al final, con cuarto jóvenes armados con fusiles de mierda, montaron en un
barco y marcharon contra un ejército bien pertrechado. Fidel no dirigió la revolución
desde lo alto, no esperó desde un despacho los acontecimientos, él estuvo en primera
línea de fuego desde el principio. Aquellos barbudos de Sierra Maestra,
tuvieron que ganarse la confianza del pueblo, que a la larga sería decisivo. La
revolución no fue un golpe de estado.
Luego llegó lo peor, el bloqueo, Playa Girón y todas las
amenazas, la presión mediática que han tenido que soportar. Encima su único
aliado, la URSS, se fue al carajo en 1989.A pesar de todo, dotó al pueblo de
alimentos básicos, educación y sanidad, Cuba no es el paraíso terrenal pero
muchos vecinos de su entorno firmarían vivir allá. Luego, desde la comodidad
occidental juzgamos muy fácil y pensamos en lo pobres que son, en la falta de libertad.
Sin mirar lo libres que son los haitianos, sin comida, sin techo, medicamentos
ni gobierno.
Como todos, también tenía sus contradicciones como persona, la perfección
solo la tienen seres divinos que viven en nuestras mentes y Fidel es solo un
ser humano más, un hombre extraordinario pero un simple mortal. Este hombre
tenía la necesidad de intentar cambiar el mundo, y puso sobre el tablero su
pellejo, pocos tenemos arrestos para poner el pecho por delante.
Los que se alegran de su muerte piensan que podrán recuperar
sus privilegios, vistiéndolos de democracia. Pero la llevan clara, el pueblo
cubano es culto y no aceptaran pasar de lo básico a la miseria. Puede que la isla cambie algo
pero el legado de Fidel Castro a Cuba y al mundo quedará por largo tiempo. Si
la historia lo ha de juzgar, el tiempo nos dará su veredicto.
AGUR ETA OHORE.
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